Para la medicina veterinaria orientada a los caballos una de las áreas más importantes es la traumatología. Ocho de cada diez consultas responden a afecciones traumatológicas, con mayor prevalencia en el mundo deportivo ligado a los equinos.
En este sentido, hay una gran similitud con el mundo de los futbolistas profesionales. El caballo debe volver lo antes posible a la cancha a riesgo de quedar obsoleto, porque una lesión lo excluye de las competencias y del nivel alcanzado. De esta manera, un caballo ligado al deporte, deberá reponerse rápidamente mediante un diagnóstico certero y un tratamiento adecuado, ambos rápidos y efectivos.
“En la clínica del equino de deportes, las afecciones del sistema músculo esquelético son las más importantes, tanto por su prevalencia como por constituir la principal causa de invalidez en esta especie. Por lo tanto, el Médico Veterinario que se desempeña en esta área está constantemente frente al desafío de realizar un diagnóstico lo más certero posible, que le permita tomar las decisiones terapéuticas correctas y al mismo tiempo definir el pronóstico deportivo del ejemplar”, explica el Profesor Godoy.
La fase diagnóstica, por tanto cobra una importancia vital en las primeras aproximaciones al equino lesionado, para lo cual el profesional requiere, además de la experiencia y conocimientos en traumatología equina, disponer del mayor número posible de recursos que le permitan lograr el objetivo.
Una técnica que permite encontrar el lugar exacto de lesión
Uno de estos recursos son los bloqueos anestésicos diagnósticos los cuales constituyen una importante herramienta diagnóstica en las afecciones del sistema músculo esquelético, la cual debe ser usada en forma integrada con el resto de los exámenes complementarios y por supuesto después de un completo examen clínico.
“Si yo tengo un equino con una lesión, debo localizar el lugar exacto que le duele al caballo, para ver qué tipo de patología tiene. La forma es bloquear nervios determinados con anestésicos locales, esperar un tiempo y hacer que el caballo vuelva a caminar a ver si le duele o no. Y así va haciendo un mapeo, hasta encontrar la zona del dolor, luego vienen las otras herramientas de diagnóstico pero ya tenemos localizado el problema”, plantea el Profesor Godoy.
En este contexto el libro aborda la temática desde el punto de vista de la técnica a realizar y al mismo tiempo desde la perspectiva de la interpretación clínica del resultado, lo cual permite una aproximación al diagnóstico etiológico, el cual deberá ser corroborado mediante las técnicas de imágenes ecográficas y/o radiográficas que correspondan.
Disponer de esta información es útil tanto para profesionales que inician su carrera en el área de la medicina deportiva del equino, como para médicos veterinarios que se encuentran realizando su práctica profesional en ésta, ya que el texto corresponde a una actualización del tema, sumado a la larga experiencia en el ejercicio profesional de la clínica equina por parte del autor.