Sentimientos encontrados. Eso es lo que provoca la primavera. Para algunos la estación del amor y las flores. Para otros, sinónimo de penas y nostalgias. Sobre todo mucha sensibilidad, aquella responsable de una serie de molestias como rinitis alérgica, conjuntivitis, picazón de nariz y ojos, enrojecimiento ocular, lagrimeo, secreción nasal, estornudo, congestión e incluso crisis de asma con dificultad respiratoria y silbidos en el pecho.
Según explica la Dra. María Antonieta Guzmán, inmunóloga y Directora del Centro de Alergias del Hospital Clínico Universidad de Chile: "los pacientes que sufren de estas alergias a pólenes de árboles, suelen ser también alérgicos a pólenes de pasto y malezas. O sea un paciente polínico sensibilizado a estos tres grupos de pólenes, puede estar fácilmente ocho o nueve meses con síntomas, mucho más allá de la primavera".
Se calcula que un 20 % de la población sufre algún tipo de alergia respiratoria, pero hay una propensión familiar (atopia) a presentar este tipo de enfermedades.
Dermatitis atópica, rinitis alérgica y asma alérgica están determinadas familiarmente. Cuando los dos padres son alérgicos, la probabilidad individual del hijo de tener alergia se eleva de un 20% a un 70% y las personas que más desarrollan síntomas alérgicos, son los que vienen de estas familias y tienden a seguir durante la vida la denominada "marcha alérgica".
Comienzan en el período de lactante con problemas de piel, una dermatitis atópica relacionada generalmente con alergia alimentaria y alrededor de los 5 años empiezan a sensibilizarse a los pólenes, los ácaros y luego presentan síntomas respiratorios como la rinitis y el asma.
También otras existen reacciones alérgicas a otros elementos como a fármacos, veneno de insectos, picaduras de abeja y avispa. Para tratar este tipo de pacientes, la Dra. María Antonieta Guzmán recomienda un estudio y un test cutáneo que muestra la sensibilización alérgica.