Los suicidios son la causa de casi la mitad de todas las muertes violentas en el mundo y alcanzan una cifra cercana al millón de casos al año. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el planeta se produce un deceso por suicidio cada 40 segundos y un intento de autoeliminación cada 3 segundos, en promedio. Se calcula que la cantidad de casos podría aumentar a 1,5 millones de aquí al año 2020.
Los hombres se suicidan más que las mujeres, aunque ellas tienen el récord de los intentos fallidos. A mayor edad también se multiplican los casos, aunque la tasa de suicidios en los jóvenes de entre 15 y 25 años ha aumentado en forma alarmante. En países como Suecia, ésta es la primera causa de muerte entre los varones de 15 a 44 años y la segunda en mujeres del mismo tramo etáreo. La tasa más alta en Europa la tiene Lituania, con 90 casos por cada cien mil habitantes.
En Chile las estadísticas no son exactas, pero el Ministerio de Salud informa una tasa nacional de 10,8 muertes autoinflingidas por cada cien mil habitantes, con un fuerte aumento desde 1990, cuando la cifra era de 5,7. Los especialistas advierten que hay que ser cautelosos frente a estos datos, ya que a nivel mundial hay una gran cantidad de suicidios que no se reportan como tales y que, por lo tanto, no figuran en las estadísticas.
Este tema fue abordado por la Dra. Danuta Wasserman, presidenta de la Academia Internacional de Investigación en Suicidio y Jefa del Programa Nacional sobre Prevención del Suicidio en Suecia, quien dio una conferencia en la Escuela de Salud Pública de nuestra universidad. La experta mencionó la pobreza, el desempleo, el consumo de alcohol y drogas, y los trastornos mentales -entre ellos la depresión y la esquizofrenia- como los principales factores determinantes de las conductas suicidas.
Destacó la importancia de que los países desarrollen estrategias de prevención integrales, que consideren al entorno social y familiar de las personas, y que fomenten el acceso a la atención en salud mental. Advirtió que, además de los determinantes generales, en cada país hay situaciones particulares que afectan a la población y que deben ser enfrentadas en forma específica.
La Dra. Wasserman, considerada entre de los investigadores más sobresalientes en Europa en su campo, es además jefa del Departamento de Salud Pública y de la División de Estrés, Salud Mental y Suicidio del instituto Karolinska de Estocolmo, donde ha dirigido importantes estudios sobre este tema. Esa institución mantiene un convenio de colaboración con la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, alianza que ha permitido el intercambio de académicos y estudiantes de postgrado y la visita de destacados expertos suecos a nuestro país.