La Casa de Bello no está ajena a este tipo de abuso; una de cada cuatro personas ha conocido situaciones de acoso y violencia de género durante su trayectoria universitaria y poco más de un 15 por ciento las ha vivido directamente, de acuerdo a un estudio elaborado por la Dirección de Igualdad de Género, DIGEN en 2016. "Chile se cansó de los abusos. ¿Y la Chile?", es el llamado principal de la nueva campaña, que será totalmente virtual.
Partiendo por ONU Mujeres, todos los organismos que trabajan el tema de la violencia de género y el acoso sexual coinciden en que las condiciones de encierro impuestas por la pandemia agudizan el problema.
En la esfera universitaria, en tanto, se estima un aumento del acoso vía redes sociales, así como de la práctica de publicar fotografías íntimas obtenidas con o sin el consentimiento de la afectada.
Si bien puede adquirir nuevas formas, este tipo de abuso ha sido histórico, tanto en las aulas universitarias como fuera de ella. Por ello, desde 2017 la Universidad de Chile ha articulado una política de prevención del acoso sexual, elaborada con la participación de estudiantes, académicas y funcionaria.
El despliegue de la misma ha ido acompañado de diversas acciones de difusión y sensibilización, tales como una primera campaña comunicacional denominada “La Chile dice No al Acoso Sexual “.
En paralelo, se avanzó en crear un Protocolo de actuación ante situaciones de acoso sexual y discriminación arbitraria; en constituir una “Red de Primera acogida” conformada por profesionales de todas las Facultades e Institutos; en establecer una Oficina de Atención socio jurídica, dependiente de la DIGEN, y una Unidad de Salud mental para personas afectadas por acoso, además de una Unidad de Investigaciones especializada en la Dirección Jurídica.
Además, se han realizado cursos de formación general sobre Género y Violencias en distintos campus, e implementado planes de capacitación sobre acoso sexual y laboral dirigidos al cuerpo académico y funcionario. También existe un Observatorio de Violencias e Igualdad de Género de la DIGEN, el cual proveerá de información precisa y actualizada sobre el tema, lo que permitirá mejorar el diseño y la implementación de políticas y planes preventivos.
Nada es suficiente
Sin embargo, señala la Directora de Igualdad de Género, Carmen Andrade, “claramente no ha sido suficiente, y constatamos que, por una parte, existen aún altos niveles de desinformación sobre los contenidos de la Política y los caminos institucionales existentes para presentar denuncias, y por otra persiste la ‘naturalización’ de situaciones de violencia de género que ocurre en la Universidad”.
Durante el estallido social de fines del año pasado, continúa, “la ciudadanía se manifestó contra los abusos, entre ellos los que afectan a las mujeres y las disidencias sexuales, y mantuvo las demandas del llamado ‘mayo feminista de 2019’ enfatizando el derecho a una vida libre de violencia”.
Luego llegó la pandemia, donde la violencia de género presenta mayores complejidades y desafíos, dice Carmen Andrade. “Es altamente probable que haya recrudecido en situación de confinamiento (han aumentado las llamadas para pedir orientación e información), sin embargo, han disminuido significativamente las denuncias”, afirma.
En la Oficina de Atención de la DIGEN se han seguido recibiendo denuncias, aunque en número menor a meses anteriores, y han aumentado las manifestaciones de acoso sexual a través de las redes sociales.
En ese contexto surge esta segunda campaña contra la violencia de género y el acoso sexual, que tendrá una duración de tres meses y serán completamente on line. Esta pregunta a la comunidad universitaria si está dispuesta a ser la vanguardia de estas transformaciones y a trabajar por el fin del abuso y acoso sexual en la universidad, a la vez que interpela, informa y entregar contenido de valor, releva la existencia de los mecanismos institucionales para enfrentar el acoso sexual y visibiliza los avances de la Universidad de Chile en la materia.