El profesor Luis Moraga Bravo falleció a la edad de 76 años dejando un importante legado en la medicina veterinaria. Formó decenas de profesionales y fue guía de muchas memorias de título en el área de la medicina de rumiantes, especialmente sobre la atención clínica y enfermedades metabólicas.
Por casi 40 años, el profesor Luis Moraga impartió clases de su especialidad en la Facultad, formando parte del Departamento de Ciencias Clínicas. Por varios de esos años dividió su tiempo entre Favet, la Universidad Católica de Valparaíso y las innumerables asesorías que realizaba a instituciones públicas y privadas, dedicadas a la producción lechera y de carne.
El Dr. Richard Arancibia, académico del Departamento de Ciencias Clínicas de Favet, fue alumno, amigo y compañero de trabajo del profesor Moraga; y lo recuerda como un profesional muy responsable, metódico, disciplinado y solidario.
“A mí me dejó como enseñanza el amor por la medicina veterinaria, especialmente por el área rumiante. Cuando entré a estudiar tenía la idea general, pero cuando tuve clases con el profesor Moraga me llamó la atención el área y la sabiduría con que él impartía las clases. La particular forma de abordar los casos clínicos te motivaba a seguir desarrollándote en esa área. Lamento mucho su pérdida porque fui su alumno; él fue mi mentor, luego mi compañero de trabajo y un gran amigo”, afirmó con pesar el Dr. Arancibia.
“Era muy querido, nos quedábamos hasta tarde a veces en la facultad conversando casos clínicos, temas de producción. Se nos pasaba la hora. Él siempre tenía la disposición de compartir sus conocimientos y experiencias de vida. Trabajamos mucho en varios proyectos donde pudimos compartir mucho más allá del ámbito de la medicina veterinaria”, recordó con nostalgia el académico.
El profesor Moraga nació el 12 de marzo del año 1947, y aunque en un comienzo pensó que estudiar Química era su futuro, después de estudiar tres años esa Licenciatura en la Universidad Católica, se dio cuenta que su pasión era otra e ingresó a estudiar Medicina Veterinaria a la Universidad de Chile.
Se desarrolló en el área docente impartiendo clases de pregrado de semiología, medicina de especies mayores e internado clínico; y en postgrado fue director del Diplomado de Medicina Productiva en la Universidad de Chile.
Asimismo, el profesor Moraga fue organizador de innumerables cursos de perfeccionamiento para profesionales y técnicos en el área de la medicina de la producción. Era un profesional muy respetado en el sector por su disciplina, dominio y asesorías sobre producción de leche y de carne de vacuno.
“Cada vez que él visitaba una empresa de lechería o carne, todos los trabajadores, incluso los dueños, querían escuchar lo que tenía que decir el profesor Moraga sobre temas de la producción o el abordaje de algún caso clínico en particular”, destacó el Dr. Arancibia.
El profesor Moraga falleció a la edad de 76 años, debido a un accidente cerebro vascular, y fue despedido por su familia, su esposa Marta y sus dos hijos Luis Domingo y Andrea; así como también por sus amigos cercanos que lamentaron mucho su partida.
“La pérdida del doctor produjo una tristeza muy grande en todos los profesionales. Todos lo conocimos muy bien, era una persona con mucho carácter, muy responsable e inteligente. Era un excelente profesor y muy llano a entregar todo lo que sabía a través de una grata conversación”, agregó el Dr. Arancibia.
Cuando el profesor Moraga se jubiló de la Facultad en el año 2011, el Dr. Arancibia heredó todas sus cátedras, lo que le permitió mantener siempre un contacto directo y continuo entre ambos, fortaleciendo el lazo que nació en las aulas de Favet.
“Es una amistad de más de 30 años, que valoraré por siempre”, destacó con orgullo el Dr. Arancibia, agradeciendo, en nombre de quienes lo conocieron, la oportunidad de haber recibido las enseñanzas del profesor Moraga en esta área tan particular y especial para el desarrollo económico de nuestro país como lo es la medicina de rumiantes.