En la conmemoración del Día Mundial de la Inocuidad Alimentaria resulta fundamental hacer énfasis en los riesgos transmitidos por los alimentos, especialmente de origen animal, que pueden generar enfermedades en la población. Cómo prevenirlos, controlarlos y detectarlos a tiempo es un trabajo transdisciplinario donde los médicos veterinarios cumplen un rol base y en el que Favet ha desarrollado significativos avances.
A través del trabajo Laboratorio de Farmacología Veterinaria (Farmavet) y el Laboratorio de Inocuidad de los Alimentos (LIA), Favet se ha convertido en parte fundamental de los programas de control de la inocuidad de los alimentos en colaboración con organismos públicos y privados. Los altos estándares internacionales de calidad, la contribución a la investigación y docencia, y el fuerte compromiso por el aseguramiento de los sistemas alimentarios para proteger la salud pública, consolidan a la unidad académica como un referente nacional e internacional en inocuidad alimentaria.
“Nuestros laboratorios se encuentran acreditados bajo la norma ISO 17025 y participan como laboratorios oficiales de diferentes programas de inocuidad del país, lo que ha permitido la interacción con instituciones públicas con competencia en inocuidad alimentaria, tales como el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca), el Servicio Agrícola Ganadero (SAG), el Ministerio de Salud (MINSAL), y la industria de alimentos, favoreciendo así la generación de espacios de trabajo en conjunto que fortalecen la investigación y la docencia”, sostuvo la Dra. Javiera Cornejo, académica del Departamento de Medicina Preventiva Animal del área de Inocuidad de Alimentos.
Durante los últimos años, además, Favet se ha incorporado en importantes acuerdos internacionales, como ejemplo el convenio de colaboración científica suscrito entre Sernapesca y el Centro Estatal Panruso de Calidad y Estandarización de Fármacos y Alimentos para Animales (FGBU “VGNKI”) de Rusia, que promueve la generación de acciones conjuntas en materia de prevención y control de peligros químicos en productos acuícolas, donde el equipo de Farmavet es punto focal.
La Resistencia Antimicrobiana (RAM) se constituye en una de las principales problemáticas de salud pública en el ámbito de la inocuidad alimentaria. El adecuado uso de antibióticos en animales de producción, para tratar enfermedades infecciosas, debe ser controlado permanentemente para eliminar todas las trazas de antimicrobianos que puedan quedar en lo que se convertirá en un alimento, sin generar riesgo en la salud de quien lo consume.
Favet suma iniciativas en la prevención y control de la RAM impulsando Manuales de Buenas Prácticas para el uso adecuado de antimicrobianos; capacitando profesionales, médicos veterinarios y otros, sobre la rigurosidad que se debe cumplir al momento de la prescripción; y analizando alimentos, con el fin de garantizar su inocuidad para su consumo. El desarrollo de este trabajo ha convertido a la unidad académica en un destacado referente nacional e internacional en la materia.
Representación Internacional
Recientemente, la Dra. Cornejo fue invitada como una de las dos representantes de la Academia en el encuentro del Equipo Directivo del PTIN (Partnership Training Institute Network) del Foro de Cooperación de Inocuidad Alimentaria de la APEC, instancia de colaboración del espacio multilateral Asia Pacífico, donde se releva la importancia de generar sistemas alimentarios sostenibles que permitan resguardar la salud pública.
“Este equipo directivo del PTIN es un grupo asesor para el Foro de Cooperación de Inocuidad Alimentaria de APEC que se reúne para hacer un levantamiento de necesidades, determinar los temas futuros a trabajar. Se hace un diagnóstico de las prioridades de contenido en la capacitación y en la formación de técnicos y profesionales del área relacionada en la Región”, explicó la Dra. Cornejo.
La participación de la académica en el PTIN de este Foro Internacional, que reúne 21 economías del Asia-Pacífico, responde a la colaboración público privada que existe en nuestro país en pos del aseguramiento de la inocuidad alimentaria en la producción de nuestro país y el puente que debe existir entre la Academia y la industria.
“El rol de la Academia y la Investigación es fundamental para dar sustento a la toma de decisiones por parte de los organismos públicos y privados. En nuestro país, existe la necesidad de que las instituciones de Educación Superior, sobre todo la Universidad de Chile, se involucre activamente en los procesos para generar sistemas alimentarios sostenibles, fortaleciendo las economías, optimizando los recursos disponibles para la producción de alimentos y promoviendo la equidad en el acceso a alimentos de calidad”, puntualizó la Dra. Cornejo.
Dentro de esta misma agenda APEC, la académica de Favet se presentó ante el Foro de Cooperación de Inocuidad Alimentaria (FSCF) junto a la Dra. Constanza Vergara, médico veterinaria asesora del Área de Asuntos Internacionales de la Agencia Chilena para la Inocuidad y Calidad Alimentaria (Achipia).
“En Achipia, hace ya más de 10 años que trabajamos en hacer el sistema nacional de alimentos más sustentable desde el punto de vista de la inocuidad alimentaria, generando capacidades a través de cooperación técnica y mesas de trabajo inclusivas y con representatividad de todos los actores en donde se plantean y solucionan problemas, tanto a nivel regional, a través de las CARs – Comisiones Asesoras Regionales -, como a nivel central en diferentes temáticas. A esto se suma la reciente Política Nacional de Desarrollo Rural del Ministerio de Agricultura, que busca, a través de distintas acciones, generar un cambio en el paradigma del desarrollo rural generando bienestar y oportunidades que vendrán de la mano con la sustentabilidad y por supuesto la inocuidad de la producción agroalimentaria”, afirmó la Dra. Vergara.
En el encuentro internacional, ambas profesionales expusieron sobre el nuevo enfoque que debe tener la implementación de la política pública en la inocuidad de los alimentos y las propuestas de trabajo que se deben desarrollar para alcanzar sistemas alimentarios sostenibles, considerando la conservación de los ecosistemas, el bienestar animal, la salud pública y la estabilidad económica.