La pérdida de la Dra. Ana María Ramírez Kamann ha sido un duro golpe para Favet, especialmente para sus compañeras y compañeros del Departamento de Patología Animal. Por estos días, en los pasillos ya no se siente mucha bulla, ni los gritos de una oficina a otra, ni la risa compartida; es que su gran amiga se ha ido para siempre, y aunque ya se habían acostumbrado un poco a su ausencia por su extensa licencia médica y la distancia de la pandemia, la esperanza de volver a verla junto a su microscopio en el Laboratorio de Hematología y Patología Clínica mantenía el ánimo del equipo arriba.
¿Qué se siente perder a un compañero o compañera de trabajo? Podría decirse que casi lo mismo que perder a alguien de la misma familia. Muchas veces se comparte mucho más en la “pega” que en los mismos hogares y los lazos que se estrechan pueden llegar a ser muy fuertes. Así de robusto era el vínculo de la Dra. Ramírez con sus colegas del Departamento, especialmente con el Dr. Gustavo Farías, la Dra. Lorena Aguilar y Jacqueline Yévenes con quienes compartía el espacio físico del pabellón, horas de almuerzos, celebraciones, historias familiares, penas y alegrías.
“Éramos muy cercanas, yo llevo 27 años trabajando como secretaria en el Departamento y la vi llegar, tener a sus hijos, a Rosario y Pedro Pablo, a los dos los conocí en la guatita y así los vi crecer cuando venían a ver a la mamá y se ponían en mi puesto y jugaban. Ella era una excelente mamá, muy leona, primero estaban sus hijos; y también era muy buena hija, siempre estaba preocupada de sus papás”, recuerda con nostalgia la “Jacqui”.
La Dra. Ramírez dedicó gran parte de su vida a la docencia, se tituló como Médico Veterinaria en el año 1996, pero la necesidad del contacto con estudiantes la hizo acercarse a la Academia como ayudante e iniciando su trabajo en el Laboratorio de Hematología y Bioquímica Clínica junto a la Dra. Gladys Villouta, un servicio pionero que ofrecía Favet en esos años y donde se formó en el diagnóstico de diversas especies animales.
La académica se convirtió en una destacada profesional en el ámbito de la Patología Diagnóstica. Como Magíster en Ciencias Animales y Veterinarias de Favet, grado que obtuvo en el 2012, amplió su visión crítica en lo académico y lo profesional. Participó, además, en la formación de la Sociedad Chilena de Hematología, y fue muy activa en el quehacer de la organización.
Dirigió cursos de pregrado en Patología Diagnóstica y Hematología; y varias Memorias de Título. Fue parte de la creación del Diplomado de Postítulo de Inmunología, Hematología y Bioanálisis Clínico y tuvo una destacada participación en varias versiones del Diplomado de Patología Médico Veterinaria online de Favet, donde tuvo la oportunidad de conocer muchas personas de regiones y del extranjero, siendo muy reconocida en su disciplina y trayectoria a nivel internacional.
Pero la Dra. Ramírez no solo era valorada en su calidad profesional, también su calidad humana, su dulzura y su buen trato son algunas de las cualidades que más destacan en ella quienes la conocieron, todas las transmitía al hacer clases y ello le valió el reconocimiento a la Mejor Docente 2015 de Favet. Un premio que recibió con orgullo y agradecimiento en una ceremonia en Casa Central.
“Yo llegué a trabajar a Favet en el 2014 y ella siempre fue generosa con sus conocimientos, con sus espacios. Ella siempre se daba el tiempo de explicar, a los estudiantes también, le podían hacer mil veces la misma pregunta y ella respondía. Nos volvimos muy cercanas, nunca pensé que no iba a volver. El último tiempo estaba de muy buen ánimo, nos decía que contáramos que estaba feliz, que estaba tirando para arriba, mandaba chistes y nos hablaba por whasapp”, cuenta la Dra. Aguilar, describiendo también lo positiva que era la Dra. Ramírez, su espíritu motivador con el que contagiaba a sus estudiantes y equipo.
Esta opinión también la comparte el Dr. Farías, él considera que la Dra. Ramírez “fue de esas profesoras que transmiten su conocimiento y experiencia con pasión, perseverancia, responsabilidad, siempre tenía la buena disposición para compartir sus conocimientos y experiencias, pero, por sobre todo, fue reconocida y será recordada por sus estudiantes, académicos y funcionarios, por su calidad humana y generosidad. De un carácter afable, afectuosa, sencilla, acogedora y conciliadora, su partida deja un gran espacio en cada integrante de nuestro Departamento, difícil de olvidar, por lo que siempre será recordada y la tendremos presente, con mucho afecto y cariño”.
Sus colegas y la comunidad de Favet quedan con la misión de honrar su recuerdo, de volver a llenar de ruido el pasillo de su pabellón y de organizar las celebraciones como a ella le gustaba, con mucho cariño, dedicación y participación. Su familia, que creció en nuestra Facultad, se queda con el valioso recuerdo de una madre trabajadora, apasionada por su disciplina, con una trayectoria impecable y con un valioso legado en cientos de estudiantes que recibieron sus enseñanzas.
En palabras de sus colegas, “el Departamento de Patología Animal y la comunidad de Favet agradecen sinceramente el invaluable aporte que hizo la Dra. Ana María Ramírez al desarrollo de la profesión Médico Veterinaria y a la Facultad, le agradecen también por los años de servicio, por la calidad de su persona, por la entrega diaria de su amistad y envía sus más sinceras condolencias a su familia y amigos”.
Hasta siempre Dra. Anita Ramírez.