El Colegio Médico Veterinario (Colmevet) asumió la responsabilidad de coordinar la ayuda para los animales, de esta manera puso a disposición en su página web un formulario para aquellos profesionales del área que quieran ser parte de esta gran red de solidarida. Hasta el momento ya se han inscrito más de 900 voluntarios. Colmevet se encuentra actualmente trabajando en cinco de las regiones incendiadas, contando con profesionales y estudiantes. En tanto sus centros de acopio de insumos y medicamentos se ubican en Santiago y 3 en la VI Región (Santa Cruz, Pichilemu, Racagua-Machalí).
En un comunicado oficial el Colegio Médico Veterinario agradece la enorme respuesta de los voluntarios, sin embargo hace un llamado a que se regule la participación en terreno porque en estos momentos en el área veterinaria se requiere de certos especiliastas y además la sobrepoblación de voluntarios puede afectar la labor que se realiza entorno al detener el fuego. Por ello en su comunicado oficial, señala:
"Queremos hacer un enfático llamado a la calma. Un número de voluntarios superior al necesario en terreno y que se niega a trabajar coordinado, se transforma en un problema más que en una verdadera ayuda. El apoyo más masivo para animales se comenzará a requerir recién en las próximas semanas, necesitamos dosificar esfuerzos. De nada sirve tener a los 900 voluntarios esta semana y en 15 o 30 días, dejar abandonada a la gente y sus animales. Les aclaramos que estamos priorizando en la convocatoria a ayudar, a Médicos Veterinario Titulados, preferentemente de la zona/región afectada. Y no es una preferencia azarosa o por no querer dejar ayudar a otros, si no porque en este momento se requieren ciertas competencias específicas. Se requiere tomar decisiones duras, como decidir si tratar o eutanasiar a un animal afectado, o tomar decisiones técnicas, como determinar pautas de tratamientos, o indicar fármacos de uso controlado. La recuperación de estos animales será lenta, y ya estabilizados se podrá dar paso a la ayuda de más personas".
Respecto de la ayuda específica actual, el comunicado indica:
"La ayuda prioritaria hoy se resume principalmente a dos cosas: Alimento y agua para ganado y animales silvestres. Como imaginarán no quedan zonas de pastoreo, y muchos lugares se quedaron sin sus pozos funcionales (Se secaron o hay cortes eléctricos). Estaremos priorizando la ayuda a esos items. Hay muy pocas mascotas afectadas, y ya se les está dando oportuno tratamiento"
Médicos Veterinarios en terreno
En relación a los animales domésticos y de ganadería, se han establecido salas de atención en colegios. Las atenciones más comunes son a animales que sufrieron el efecto de las llamas, quemadauras de diversos grados e implicancias. Inyecciones y la aplicación de cremas tópicas es lo que más se utiliza para tratar estas afecciones; sin embargo, los más graves deben ser eutanasiados.
Asimismo los médicos veterinarios recorren las casas para realizar exámenes exhausitvos a los animales, diagnosticando la existencia de problemas pulmonares y revisando con atención sus patas.
Fauna silvestre
El trabajo en fauna silvestre es más complejo. Violeta Barrera médico veterinaria de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias de la Universidad de Chile e integrante de la Red Rescate Animal en Situaciones de Desastre, experta en fauna y rescate de fauna silvestre, sale todos los días con un equipo conformado por voluntarios y por funcionarios del Servicio Agrícola y Ganadero (Sag) a buscar animales heridos y a estudiar las consecuencias del incendio en el ecosistema.
Su labor es sumamente compleja, ya que los animales en muchos casos son endémicos, es decir que se encuentran sólo en una zona determinada, por lo que su rescate supone además la conservación de alguna especie. “A veces recibimos llamados sobre animales salvajes y vamos al rescate a los puntos que nos indican. Así hacemos la estabilización en Marchigüe, donde tenemos este centro de atención primaria, y luego lo derivamos a los centros oficiales en Santiago, ubicados en el Zoológico Metropolitano y en el Buin Zoo”, detalla la doctora Barrera.
La especialista destaca que uno de los peligros de ayudar a animales salvajes es que se impronten. “La impronta es un proceso en el cual toman al ser humano como parte de su especie, entonces después no huyen del ser humano y si se diera eso no se puede liberar”.
“Acá es que podemos hacer un gran esfuerzo en recuperar a estos ejemplares, pero cómo va a quedar el ecosistema es el problema. Los suelos están muy erosionados, hay un terreno muy seco por el tipo de árbol que se ha plantado, entonces probablemente los animales se van a tener que liberar en otro lugar, que no es lo ideal. Cuando uno recupera un animal tiene que liberarlo en el mismo punto de origen para que tenga posibilidades de reproducción”, explica.