La tuberculosis es una enfermedad zoonótica e infectocontagiosa de carácter crónico, que se transmite principalmente por la inhalación de aerosoles o microgotas contaminadas provenientes de pacientes o animales enfermos, y también por vía oral a través del consumo de leche cruda, principalmente.
La vacunación con BCG, cepa atenuada de Mycobacterium bovis, se ha utilizado por muchos años como la única fórmula disponible para prevenir la tuberculosis humana, siendo aplicada en Chile en niños recién nacidos. La misma inoculación se aplica en un esquema de dos dosis al ganado bovino de producción.
“La enfermedad en los bovinos es más importante en la Región Metropolitana y en la Región del Bíobío, ya que los productores no han tenido los incentivos suficientes para diagnosticar y eliminar a los animales infectados de sus planteles. Por eso es que nosotros estamos trabajando con la cepa BCG, para ofrecer una alternativa al control de la enfermedad especialmente en predios de alta prevalencia”, explica el Dr. Patricio Retamal, investigador principal del proyecto titulado "The BCG vaccine for preventing bovine tuberculosis: seeking evidence on specific and non-specific effects under a two-dose schedule in field conditions of central Chile".
La Región Metropolitana se considera una región de alta incidencia de tuberculosis bovina, especialmente en planteles lecheros. Aunque existen predios libres, un alto porcentaje tienen la enfermedad y en algunos casos, con prevalencias superiores al 50%.
Debido a esta situación, detalla el Dr. Retamal, en el Servicio Agrícola Ganadero (SAG), se abrió a la posibilidad de estudiar la vacuna BCG como herramienta complementaria para la prevención de la enfermedad, estableciendo un convenio de colaboración y trabajo con Favet, esfuerzo que ha tenido buenos resultados y que se proyecta a futuro en la posibilidad de evaluar efectos específicos e inespecíficos de la vacunación.
“Hay mucha investigación tratando de mejorar la vacuna BCG, ya que no todos los vacunados quedan inmunizados. Pero aún no existe una alternativa que represente una mejora significativa a esta vacuna”, señala el Dr. Retamal, quien trabaja en este proyecto con el Dr. Pedro Ábalos, también académico de Favet, como co-investigador.
La tuberculosis bovina, advierte el Dr. Retamal, se considera una zoonosis ocupacional, y por lo tanto las personas que tienen contacto cercano con bovinos son los que tienen mayor riesgo de exposición a esta zoonosis. Por ejemplo, los médicos veterinarios, el personal de las lecherías o de los mataderos, o las personas que consumen leche cruda. Por lo tanto, el control de la enfermedad en los animales es esencial para evitar la enfermedad en las personas.
“Hemos evaluado la vacuna en terneras y vaquillas de planteles lecheros, y observamos que existe una protección significativa contra la infección. Además, observamos algunos efectos inespecíficos en los animales, como por ejemplo una mayor producción de leche en las vacas inmunizadas, situación que ha dado pie a la investigación actual. Queremos determinar no solo el efecto protectivo contra la tuberculosis bovina, sino que, contra otros agentes infecciosos de los animales, generando evidencia científica para sustentar la aplicación de la vacuna en el ganado, pero también para mejorar el conocimiento de la respuesta inmune de los animales. Además, puede ser un modelo de estudio interesante para la inmunidad generada en las personas”, afirmó el Dr. Retamal.
En el marco de este estudio, los Dres. Retamal y Ábalos presentaron las bases y avances de su proyecto en el congreso internacional Mycobacterium bovis 2022, realizado en Galway, Irlanda.
“En este encuentro nos dimos cuenta que tenemos la suerte de ser uno de los pocos países del mundo con la capacidad de desarrollar estudios de campo con la vacuna BCG, ya que en muchos países existen restricciones gubernamentales para este tipo de estudios. Queremos generar colaboraciones con investigadores de otras latitudes, y aportar al conocimiento de la enfermedad y de las alternativas que existen para su diagnóstico y prevención”, concluyó el Dr. Retamal.
Este estudio pretende apoyar con evidencia científica, la decisión sobre el uso potencial de la vacunación con la cepa BCG en áreas de alta prevalencia de tuberculosis bovina, con especial relevancia para el desarrollo futuro de la inmunización para enfrentar la tuberculosis y su prevención tanto en poblaciones humanas como animales.