Tener una mascota es un compromiso de por vida, como el que firmó Don Ramón Jorquera con su corazón cuando decidió llevarse a su casa a Perlita. Fue amor a primera vista, la perrita estaba en una cajita en la feria con apenas una semana de vida y una debilidad que la estaba acercando a la muerte.
Don Ramón no dudó un segundo en tomar a Perlita y ponerla en su bolsillo. Fue directo a comprar un “patito”, una mamadera pequeña de vidrio, para darle alimento. Con amor y cuidado la salvó y la convirtió en su compañera.
Y cuando Don Ramón dice que Perlita es todo para él, lo hace con convicción, porque no se despegan nunca. Incluso sus hijas deben considerarla como una invitada más cuando va de visita a verlas.
Don Ramón tiene 69 años, es jubilado y vive solo con Perlita, por eso cuando la perrita empezó con vómitos, quejidos, aullidos fuertes y movimientos extraños, supo de inmediato que algo andaba mal con ella.
La llevó a seis clínicas veterinarias, con la única intención de saber qué tenía su querida compañera y poder ayudarla para que dejase de sufrir. Nadie pudo darle una explicación y los calmantes no eran suficientes para aplacar el dolor de Perlita, ni el de Don Ramón al verla tan mal.
Fue entonces que llegó hasta el Hospital Clínico de Animales Pequeños de Favet, donde lo recibió la Dra. Loreto Muñoz, académica de Favet y médico veterinaria del recinto docente.
“De inmediato le hicimos exámenes para ir descartando enfermedades e identificando los dolores; y el equipo médico veterinario del hospital fue trabajando de forma integral para hacer un diagnóstico”, relata la Dra. Muñoz.
“Me miraba con su carita pidiendo ayuda y como que gritaba de dolor. Era angustiante ver su cara de dolor. Yo lo único que quería era verla bien, que no se me fuera a ir, porque ella es mi gran amor”, recuerda Don Ramón.
Fue un largo proceso que contempló hospitalización, dieta especial y una medicación endovenosa para superar las crisis de dolor que tenía Perlita. Tras una serie de exámenes de imagenología, como ecografía, radiografías, endoscopía digestiva de esófago y tomografía computarizada (TAC) se detectó la presencia de un tumor, una neoplasia maligna.
“Perlita tenía un carcinoma esofágico. Entonces trabajamos en equipo con las Dras. Alicia Valdés, Sonia Anticevic, Paola Ledesma, los Dres. Cristián Torres y Daniel Sáez, y el residente Marcos Jara, para planificar el procedimiento a seguir y, finalmente, la perrita se sometió a cirugía con el apoyo del Dr. Luis Godoy”, detalla la Dra. Muñoz, destacando el análisis de caso integral que realizaron con la perrita.
La cirugía resultó todo un éxito y pudieron extirparle el tumor a Perlita. Estuvo unos días más hospitalizada para observar su recuperación y la evolución de la perrita fue rápida y positiva.
Marcos Jara, médico veterinario, residente del Programa de Postgrado de Especialidad en Animales Pequeños de Favet, se suma a las observaciones positivas sobre Perlita, señalando que “su estado de salud mejoró mucho más de lo que esperábamos, ha recuperado su peso, su pelaje y su energía, pero no hay que descuidar su control veterinario con un constante monitoreo”.
“Es una tranquilidad de verla ahora, está más activa. ¡Hasta siguió un gato!”, dice Don Ramón con su rostro emocionado por la felicidad de tener a su perrita sana en sus brazos. “Yo daría todo por ella, vivimos juntos, solitos los dos, como le digo, es mi gran amor”, agrega suspirando y dándole un beso.
Conoce la historia de Perlita con la Dra. Loreto Muñoz y Don Ramón Jorquera en este video.