Antumapu es uno de los campus de la Universidad de Chile más distantes del centro urbano de la Capital. Ubicado en la comuna de La Pintana, predomina en sus espacios un ambiente alejado del ajetreo habitual de la ciudad, en el que destacan elementos rurales. Aquella característica se acentúa por las actividades propias de las tres facultades que alberga: Ciencias Veterinarias y Pecuarias, Ciencias Agronómicas y Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza, unidades académicas que requieren de un área de trabajo que solo un campus de estas proporciones puede otorgar.
- ¿Cómo fue su llegada a la Facultad?
Yo el 85' vine a hacer un reemplazo a una secretaria a Producción Animal, al mismo departamento donde me encuentro actualmente. Estaba un poco nerviosa porque yo había salido como en marzo del instituto y en agosto me ofrecieron hacer este reemplazo, sentía que no estaba preparada para este mundo laboral. Cuando llegué a esta Facultad vi a mucha gente de delantal blanco que se suponían que eran los doctores, y eso igual como que me provocó un impacto al ver tanta gente. Además que yo llegué a un departamento que eran puros hombres. Entonces, fue como un mundo distinto. Me dije “donde me metí", pero con los años ese miedo se fue pasando.
- ¿Cuáles son sus principales labores hoy?
Bueno, yo llego 8:30. En mi computador, reviso mi correo, qué es lo que tengo en el día y mi agenda, a ver qué es lo que se presenta a primera hora. Si tengo algún examen de grado que hay que ver, alguna reunión y después voy desarrollando mi día a día a medida de cómo van llegando los correos. Ahora todo se desarrolla en pos de esos correos que uno va recibiendo, de repente tú crees que tienes tu día súper organizado, pero tu correo electrónico va diciendo otra cosa.
La verdad es que me siento muy satisfecha profesionalmente. Yo veo a mis hijos ahora y les pregunto ¿qué va a estudiar? Y me dicen “Ay, no sé”. A mí siempre me llamó la atención eso de juntar papeles, de ver cosas, pero fue un sueño de niña. La verdad es que siempre quise ser secretaria y es una satisfacción porque lo conseguí.
- ¿De qué forma ha cambiado su departamento con el paso del tiempo?
Cuando llegué aquí trabajaba al fondo de esta Facultad, en un camino de tierra. En ese tiempo, para marcar tarjeta yo me tenía que quedar en la portería esperando hasta que llegara el primer académico o alguien en auto para que me entrara al edificio donde yo trabajaba. Nos demorábamos diez minutos en llegar allá.
Recuerdo que muchas veces nos quedábamos atrapados en ese departamento porque robaban los cables de los teléfonos y nos quedamos incomunicadas con mi compañera, que en ese momento fue a quien vine a reemplazar. Ahí nos quedábamos a veces por horas, hasta que nos decidíamos a tomar el regreso caminando, o a veces se acordaban de que estábamos nosotras y ahí nos iban a buscar.
La verdad uno sentía como miedo y, además, era chistoso que muchas veces quedábamos incomunicadas y encerradas en nuestro propio departamento. Bueno, después eso cambió porque tuvimos que venir a la Facultad misma y ahora hay muchas más salas, mucha construcción que se fue haciendo, respondiendo a la misma necesidad de los alumnos que iban entrando.
Hubo que ir ampliando salas, cambio de oficina, un montón de cosas, pero ahora tenemos una Facultad mucho más bonita, grande, con muchas áreas verdes, siendo que en un principio todo era mayormente tierra. Entonces, yo creo que estamos con una facultad muy acogedora.
- ¿Qué piensa de sus 40 años de trayectoria en la Universidad de Chile?
Para mí es un orgullo estar en esta Facultad por tantos años. Además, que uno siempre escucha a la gente que habla de la Universidad de Chile, del prestigio y el reconocimiento que tiene fuera de nuestro país también. La verdad es que siento mucho orgullo, además que hago una labor que me encanta. Poder colaborar, ayudar con los alumnos, los tesistas, aportar mi ayuda a ese alumno que de repente anda como medio desesperado porque tiene problemas con una nota o porque de repente hubo una salida a terreno y ese alumno se quedó abajo.
Entonces, siento que esa es la mejor forma de apoyar al alumnado. Yo creo que gran parte de nuestro trabajo como secretarias es un aporte muy grande para la docencia de los profesores. O sea, siento que nuestra función es muy importante.
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