El Sporothrix brasiliensis es un hongo que puede habitar en el medio ambiente y tiene la capacidad de causar enfermedad en animales que presenten condiciones propicias para su desarrollo, como bajas defensas o heridas mal cuidadas. La esporotricosis se adquiere por la inoculación traumática del hongo en la piel, a través del contacto con plantas contaminadas, suelo o materia orgánica vegetal en descomposición, o con menos frecuencia, por inhalación. La transmisión de gato a humano y de gato a gato, generalmente ocurre a través de mordeduras o rasguños de animales enfermos.
"No hay evidencia de que gatos clínicamente sanos puedan transmitir esta espora a otros gatos o personas. Destaco que solo los gatos enfermos presentan un riesgo potencial de transmitir el hongo a los seres humanos, y esta enfermedad tiene una prevalencia muy baja. Fue detectada por primera vez en Brasil y luego en Sudamérica, en Chile la evidencia no es robusta para asegurar desde cuándo se encuentra en nuestro país”, sostiene la Dra. Guisela Acuña, especialista de la RAV de Favet en medicina interna del gato doméstico.
La profesional advierte que la prevalencia de esta enfermedad es baja en nuestro país y que, con el diagnóstico adecuado, el tratamiento resulta efectivo para recuperar la salud del animal.
“El riesgo de transmisión a las y los seres humanos es completamente manejable mediante medidas preventivas adecuadas. Aunque se trata de una enfermedad sumamente poco frecuente, dada su posible gravedad en gatas y gatos y el eventual riesgo de transmisión a las y los seres humanos, resulta esencial reportarla y mantener una vigilancia constante, que es precisamente lo que estamos llevando a cabo actualmente al diagnosticar y dar seguimiento a las y los pacientes felinos diagnosticados”, puntualiza la Dra. Acuña.
En los gatos la prevención es la misma que deberíamos tener para otras enfermedades, que incluso tiene mayor prevalencia, como parte de una convivencia responsable, que consiste en mantener a los felinos en condiciones indoor (de interior), con un correcto enriquecimiento ambiental que sea acorde a las necesidades de la especie. Los gatos outdoor pueden contraer otras enfermedades, ser atropellados o afectar la fauna silvestre si salen a la calle sin supervisión. En esta misma línea, se debe mantener a la mascota con sus controles médicos veterinarios al día, incluyendo vacunas, desparasitaciones y la castración.
Esta enfermedad presenta una sintomatología clínica que consiste en lesiones cutáneas y problemas respiratorios, lo que resulta similar a otras patologías como el carcinoma de células escamosas. En este sentido, es vital la confirmación de su diagnóstico que se realiza mediante un examen citológico e histopatológico (biopsia) junto con un análisis de laboratorio.
“Esta aclaración resulta esencial para evitar generar una alarma pública innecesaria y asegurar un manejo adecuado de la información. Además, contribuirá a prevenir reacciones inapropiadas en el cuidado de los gatos como eutanasias injustificadas y a evitar el riesgo de abandonar a esta maravillosa especie. Los gatos nos brindan felicidad, apoyo emocional y son una parte fundamental de nuestras familias por lo que es parte de la convivencia responsable mantenernos informados de fuentes serias y con bases científicas”, enfatiza la Dra. Acuña.
Asimismo, la médico veterinaria agrega que “es una enfermedad que cuenta con tratamiento, el cual es largo y amerita el compromiso tanto de su familia humana como del equipo médico veterinario; asimismo, siguiendo correctas medidas preventivas como lavado de manos, uso de guantes, evitando el contacto con las heridas de los gatitos, mordidas y rasguños, se puede evitar o prevenir el contagio hacia humanos. En ningún caso esto debería ser motivo de eutanasia o abandono”.
La Dra. Acuña, junto al equipo de la RAV y la colaboración de la Dra. Carolina Escobar del laboratorio ESPA, diagnosticaron este hongo en Denzel, un gatito que fue abandonado y rescatado por personas que decidieron asumir su cuidado. Al momento de recibirlo, se encontraba con severas lesiones de su cuerpo que no mejoraban. Con el diagnóstico certero y el compromiso de la familia que decidió adoptarlo y cuidarlo, el tratamiento, si bien fue largo, resultó todo un éxito.
“Pese a sus heridas, Denzel se encuentra hoy completamente sano, nadie de su familia humana y felina se contagió gracias a las medidas preventivas que tomaron durante su tratamiento”, concluyó con optimismo la Dra. Acuña.