De acuerdo con Naciones Unidas, el 90 por ciento de las plantas con flores y el 75 por ciento de los cultivos alimentarios dependen de la polinización para poder reproducirse y subsistir. De esta forma, las abejas no solo cumplen un rol para contribuir a la seguridad alimentaria a nivel planetario, sino que son protectoras directas de la biodiversidad, permitiendo la subsistencia de millones de especies animales y vegetales.
“Es difícil lograr una real conexión con estos diminutos seres vivos que parecieran querer atacarnos cada vez que revolotean cerca de nuestro entorno. Son consideradas un recipiente fundamental para el ecosistema tanto físico como psíquico, aportando un gran beneficio a los seres humanos. Son capaces de seguir un patrón de conducta extremadamente equilibrado, que funciona entre las vibraciones sutiles del planeta, unificando el campo eléctrico con el magnético”, señala la Dra. Mariella Neira, académica del curso de Apicultura de Favet.
De acuerdo con la profesora Neira, las abejas son capaces de comunicarse a través de la “danza”, la cual es considerada un código con el que pueden guiar a sus pares para indicar ubicación y cantidad del preciado alimento, conocido como el néctar de las flores. “Hay sincronía, armonía, ritmos y tiempos, por eso verdaderamente bailan”, agrega.
Podríamos catalogar el trabajo de las abejas como una actividad intensa y desinteresada, es decir, sólo ocupan lo necesario para subsistir, el resto del alimento disponible será reserva para su familia y para las generaciones venideras. “No conocen el individualismo, la avaricia, la envidia, sólo tienen un gran propósito de vida: mantener la unidad de la familia junto a su reina, madre de todas las abejas, obreras y unos cuantos zánganos, que, a pesar de no contribuir en forma significativa con los trabajos de la colmena, deben mantenerlos vivos para asegurar la fertilización de las reinas vírgenes y preservar la especie”, explica la Dra. Neira.
La conmemoración de este día a nivel mundial busca crear conciencia sobre la importancia de los polinizadores, conocer las amenazas a las que se enfrentan las abejas y su contribución al desarrollo de una apicultura sostenible. Asimismo, permite sensibilizar a la población acerca del rol que cumplen las abejas y otros polinizadores en la seguridad alimentaria y la buena nutrición de la especie humana.
“En Chile es una actividad muy importante, sobre todo para las familias campesinas. Son cerca de 10.000 apicultores y apicultoras que con más de 1 millón de colmenas producen unas 11 toneladas de miel y otros productos para los hogares chilenos. Pero, además, han encontrado mercado en el extranjero, exportando miel, cera y abejas vivas para desarrollar la producción en otros países; ello gracias al importante trabajo que hacemos médicos veterinarios y veterinarias en sanidad”, acota el Dr. Claus Köbrich, profesor de Favet y coordinador académico de la Cátedra de Agricultura Campesina y Alimentación de la Universidad de Chile.
El rol de la apicultura, sostiene el Dr. Köbrich, es muy trascendente para los hogares campesinos chilenos. “Para algunos de ellos constituye la principal fuente de ingresos o complemento para sus otras actividades productivas, no olvidando nunca la importancia de estos productos para la alimentación saludable y sostenible de sus hogares”.
“Actualmente, las abejas corren el peligro de extinguirse. No es ningún misterio que determinados productos químicos están produciendo gran daño. La población de polinizadores, en especial abejas y mariposas, han disminuido de manera preocupante, principalmente por prácticas agrícolas intensivas, cambios en el uso de la tierra, uso de plaguicidas –especialmente insecticidas neonicotinoides-, especies exóticas invasoras, enfermedades, incendios, desnutrición y cambio climático. Todos estos factores componen un escenario adverso para estas especies”, advierte la Dra. Neira.
“Podríamos plantear la posibilidad de no celebrar sólo un día al año la sobrevivencia de las abejas en nuestro planeta, sino que debiésemos aprender a vivir con ellas todo el tiempo y protegerlas, usando una de las herramientas más potentes que es la educación, una que permita proteger el medioambiente y la naturaleza”, reflexiona la profesora.
La Dra. Neira plantea que este día de celebración supone la oportunidad para que todos los países, organizaciones, sociedad civil y ciudadanía en general, puedan promover acciones que protejan y ayuden a los polinizadores y sus hábitats, evitando su desaparición, creando barreras vegetales, modificando el uso de pesticidas, respetando los lugares de nidificación, aplicando medidas estratégicas por parte de gobiernos, incluyendo incentivos económicos para promover los cambios.
Naciones Unidas conmemora el Día Mundial de las Abejas de 2023 bajo el lema “Compromiso con las abejas: por una producción agrícola respetuosa de los polinizadores”, haciendo un llamado a la acción a todo el mundo para apoyar una producción agrícola amigable con los polinizadores y se hace hincapié en la importancia de proteger las abejas y otros polinizadores, especialmente mediante prácticas de producción agrícola basadas en datos objetivos.
El 20 de mayo coincide con el natalicio del pionero de la Apicultura Moderna, el pintor y apicultor Anton Jansa, perteneciente a una familia de apicultores de Eslovenia; es precisamente gracias a los esfuerzos del Gobierno de este país y el apoyo de la organización internacional Apimondia que se declara el Día Mundial de las Abejas, tras una resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas de diciembre de 2017.
Este año, Chile es sede del Congreso Mundial de Apimondia, conocido también como el mundial de las abejas, que se desarrollará desde el 4 al 8 de septiembre en Santiago. Esta organización internacional trabaja por el cuidado, protección y fortalecimiento de las abejas y quienes trabajan con ellas y espera reunir a cientos de asistentes en el encuentro.