El encuentro se enmarca en una iniciativa tripartita liderada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), bajo el enfoque de Una Salud, que reconoce la multidimensionalidad y la necesidad de una respuesta intersectorial que exige este problema.
El objetivo estratégico general de este proyecto (2020-2022) apoyado y financiado por la Unión Europea (UE), es apoyar los esfuerzos para combatir la resistencia a los antimicrobianos a través de la implementación de los Planes de Acción Nacional de siete países: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay, Perú y Uruguay.
El Dr. Mario Caruffo, investigador del Center for Antimicrobial Stewardship in Acuaculture (CASA), representó a este Centro Colaborador de la OMSA en el taller realizado en la capital ecuatoriana y fue invitado a liderar la mesa de discusión de inmunomoduladores como alternativas al uso de antibióticos junto al investigador Mariano Fernández del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Argentina.
“Lo que más destaco es la comitiva chilena y cómo CASA se vincula directamente con la autoridad sanitaria a través del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura y el Servicio Agrícola Ganadero. Así como el liderazgo en el grupo en la mesa de inmunoestimulantes, con el objetivo de discutir problemáticas de la región relacionadas con la búsqueda de alternativas a los antibióticos”, afirmó el Dr. Caruffo.
El objetivo de este encuentro internacional era levantar los principales desafíos y necesidades de investigación en la región, insumo utilizado para generar un documento resumen de la actividad que fue enviado a OMSA.
En la mesa de trabajo sobre inmunomoduladores hubo buena aceptación a estos fitoquímicos como alternativa al uso de antibióticos, ya que, explica el Dr. Caruffo, “son percibidos como moléculas naturales, comprendiendo la dificultad de su caracterización debido a la naturaleza heterogénea de las sustancias que pueden ejercer un papel inmunoestimulante”.
Dentro de los desafíos actuales en este ámbito se consideró que la región es diversa en relación a las especies producidas, condiciones de producción y aspectos ambientales, por lo que es necesario tomar en cuentas las necesidades locales en lugar de importar tecnologías extranjeras. Asimismo, es relevante incorporar el componente económico para promover el uso y eficacia de inmunomoduladores, ya que podría ser una terapia con mejor inversión que la basada en antimicrobianos.
En la identificación de necesidades se determinó que la academia juega un papel importante en la evaluación de la eficacia o efecto de los inmunomoduladores “como institución evaluadora externa imparcial que puede acercar estas tecnologías a los proveedores y productores”, puntualizó el Dr. Caruffo.
También resulta relevante establecer pautas para evaluar la eficacia de estos productos de manera transversal, para poder comparar productos y su eficacia en su rol como alternativa a los antibióticos; y poder describir mecanismos de acción que permitan determinar mejor sus efectos.
Es fundamental formar redes de interacción en la región que permitan la transferencia de conocimientos y evidencia científica para transitar hacia modelos productivos sostenibles y disminuir el uso de antibióticos en la acuicultura, una de las principales preocupaciones de la red de especialistas del CASA.