Para muchos no son más que insectos que, en esta época del año, comienzan a rondar nuestras lámparas. Para otros, son quizás objeto de alarma debido a la fobia que genera en muchos. En cualquiera de los casos, ya se nota la llegada a nuestros hogares de las polillas junto con la primavera y los aumentos de temperatura.
El académico del Departamento de Ciencias Biológicas Animales de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias de la Universidad de Chile, Pedro Cattan, aclara que la aparición de las polillas “no se adelantó en rigor, lo que ocurre es que el aumento de la temperatura, unido a la mayor pluviosidad que aumenta la humedad relativa, favorece el desarrollo de la masa vegetal. Distintas plantas son alimento de estas polillas y en la medida en que aumenta el alimento, obviamente aumenta el tamaño de la población”.
Sobre la duda de si aumentó la población de polillas, el profesor Cattan plantea que “probablemente tendremos un mayor número, dado que hay mayor disponibilidad de alimento”, y aclara que “no hay que confundir el aumento de estas polillas con las poblaciones de polillas de la ropa o de los granos, que se transforman en plagas dañando la ropa y los granos guardados en alacenas y cocinas”.
“Hay que insistir en que estas polillas grandes que ingresan a edificios y casas no son plaga, no causan daño. Son herbívoras y sirven de alimento a otras especies. Para evitarlas, lo mejor y más simple es mantener ventanas y puertas cerradas o con mosquiteros. Recordemos que todas las especies tienen un rol importante en la malla ecosistémica y, por ello, es negativo generar campañas de erradicación”, agrega el académico.
Llega el calor y aparecen más insectos
El académico del Departamento de Sanidad Vegetal de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, Tomislav Curkovic, explica que “la mayoría de los insectos, de los organismos que dependen de la temperatura ambiental y, por lo tanto, del calor para su desarrollo, no es que lleguen, están, siempre están acá, lo que pasa es que generalmente la gente no los ve hasta que el calor permite que se activen y se desarrollen”.
“Todos los invertebrados, incluidos los insectos, su actividad depende de la temperatura ambiental porque ellos no regulan la temperatura corporal como lo hace el ser humano, por ejemplo. Entonces, cuando hace frío en el invierno la mayor parte de estos organismos están inactivos, pero están en refugios, en lugares más bien ocultos, enterrados en el suelo o debajo de la corteza de los árboles, pero están y se activan con el calor”, detalla el profesor Curkovic.
¿Son un peligro?
Tomislav Curkovic asegura que “todas las polillas, por lo menos las que hay en Chile, no representan ningún riesgo en esa fase adulta, no te pueden hacer nada, no tienen manera de hacerlo. En la fase juvenil, cuando son cuncunas, ahí sí, porque la mayoría de las mariposas y las polillas, su dieta es herbívora, entonces comen plantas, raíces de plantas, follaje de plantas, frutos de planta y en esa fase, a veces, son incluso plagas en la agricultura”.
Otros insectos que aparecen en verano, como el chinche del arce, que se convirtió en una plaga en el verano recién pasado, tampoco generan un peligro a la población “porque ese chinche también es herbívoro, entonces no están diseñados para succionar la piel de un mamífero, están para picar plantas y succionar los fluidos de las plantas”.
“Lo que sí hay son otros chinches, como la vinchuca, que son hematófagas. Su dieta es sangre y puede ser la sangre de un ser humano, entonces ahí hay un problema porque además es vector de enfermedades. Esos son problemas serios de salud pública, pero los chinches herbívoros es muy raro que causen daño”, asegura el académico.
Curkovic sostiene que “no ha cambiado mucho la fauna que tenemos en Chile, salvo la introducción del chinche del arce. Hay que tenerle atención porque molestan cuando se meten a las casas, pero en realidad no representan un riesgo, a diferencia de las vinchucas, los zancudos, las pulgas, que -de hecho- son bichos que son plagas médicas y ellos van a aparecer en algún momento de este verano porque lo hacen todos los veranos, es su ciclo normal”.