En el marco de robustecer los vínculos con las comunidades, fortalecer relaciones con gobiernos locales, y consolidar los lazos con los territorios, la Universidad de Chile realizó la versión 2024 del Fondo Concursable Valentín Letelier. Convocatoria a la que postularon 40 iniciativas de extensión y vinculación con el medio, siendo ganadores de este proceso cinco proyectos de etapa inicial y dos de etapa avanzada.
Entre las propuestas ganadoras en la etapa inicial, estuvo el proyecto del CGAB nombrado “Salares, Ranas, Comunidades locales y desafíos futuros: educación para la conservación con un enfoque biocultural”, cuyo objetivo consiste en promover la valorización del patrimonio ecológico, cultural e histórico del Salar de Ascotán y Cárcote, comuna de Ollagüe.
Esto mediante la co-creación e implementación de un programa piloto de educación para la conservación socio-ecológica con enfoque biocultural para niños, niñas y adolescentes de la escuela San Antonio de Padua basado en el diálogo de saberes entre actores locales, triestamentales y la comunidad escolar.
“Esta iniciativa se posiciona como una oportunidad para pensar, co-crear y plantear la conservación con un enfoque territorial, biocultural y colaborativo entre academia, estado y comunidad. En sí, es una oportunidad para abrir espacios de intercambio de saberes entre las personas que habitan el territorio y otros actores para pensar como conservar y gestionar su propio territorio. La co-producción abre espacios para construir acciones de conservación, educación y gestión más situadas, con identidad y empatía, especialmente para estos ecosistemas y sus habitantes”, explicó Constanza Cabello, investigadora del CGAB, doctorante de la Facultad de Ciencias Sociales (FACSO) e integrante del grupo de trabajo del proyecto.
“La importancia de trabajar con la comunidad de Ollagüe, es que esta pequeña comunidad que se encuentra en la región de Antofagasta en la frontera con Bolivia es la localidad más cercana a mayor cantidad de poblaciones de Telamtobius que viven en esta región, por lo tanto, es la comunidad que tiene mayor injerencia con la protección y conservación de las especies que forman parte de su entorno”, señaló el Dr. Gabriel Lobos, investigador del CGAB y subdirector del Centro de Estudios de Vida Silvestre (CEVIS), destacando la relevancia de mostrar a las comunidades del sector este patrimonio biológico que se ubica en los territorios que habitan, ya que la mayoría de estos anfibios les resultan desconocidos, especialmente aquellas de naturaleza acuática.
Según el Dr. Lobos, las ranas del género Telmatobius corresponden a un grupo de 63 especies aproximadamente de las que, actualmente en Chile, se reconocen siete. Todas altamente amenazadas tanto por la extracción de agua como de minería, sumándose a ello la nueva estrategia de explotación de litio.
“De hecho, una de estas cuencas cercanas a Ollagüe corresponde al salar de Ascotán el cual ha sido priorizado dentro de las seis áreas que se van a iniciar a esta experiencia de la explotación del litio, por lo tanto poner en valor para las comunidades este patrimonio biológico y cultural es sin duda de gran relevancia y es hacía allá donde apunta este proyecto”, sostuvo el investigador del CGAB, puntualizando que el valor de esta iniciativa también radica en comprender el rol que debe tener la U. de Chile respecto a la extensión y vinculación con las comunidades, siendo una de ellas el llevar el conocimiento que rara vez llega a salir de los círculos científicos cerrados.
En la contraparte interna de Favet encargada de desarrollar este destacado proyecto se encuentran: la Dra. Valeria Rojas, académica que figura como responsable del proyecto; y Andrés Cona, funcionario y co-responsable de la iniciativa.
En cuanto al grupo de trabajo, este está conformado por la Dr. Sonia Montecinos, académica en la Escuela de Antropología de FACSO; Leandro Espíndola y Gustavo Orrego, ambos profesionales del Centro de Análisis de Políticas Públicas (CAPP) de la Escuela de Gobierno; Solange Lobos Hernández, funcionaria de la Facultad de Ciencias Agronómicas (FCA); Javiera Tapia, estudiante en la Escuela de Ingeniería en Recursos Renovables (INRR) de la FCA; y Karen Ramírez, estudiante de Favet.
Respecto a los socios colaboradores del proyecto se contemplan a la Escuela San Antonio de Padua y el Museo de Historia Natural y Cultural del Desierto de Atacama, mismas instituciones que serán intermediarias en el contacto entre el equipo del proyecto y las comunidades beneficiarias de este, tales como: la comunidad escolar de la Escuela, la comunidad local de Ollagüe y sus instituciones.
Asimismo, se suman organismos externos que contribuirán en el abordaje y difusión de la iniciativa como el Departamento de Gestión Ambiental Local (GAL) de la División de Educación Ambiental y Participación Ciudadana del Ministerio del Medio Ambiente.